El reciente hallazgo de una extraña especie marina en las aguas de la península Antártica ha generado preocupación entre los científicos. Este descubrimiento revela tanto la frágil biodiversidad del ecosistema antártico como los impactos del cambio climático en la región.

Investigadores del Instituto de Ciencias Marinas de Virginia (VIMS) han identificado una nueva especie de pez dragón llamada Akarotaxis gouldae, que se estima divergió de otra especie cercana hace aproximadamente 780.000 años. Este descubrimiento, realizado tras analizar especímenes larvarios recolectados durante una expedición para estudiar zooplancton, demuestra lo poco que se conoce aún sobre la biodiversidad en la Antártida.

Al principio, los científicos creyeron que los especímenes pertenecían a la especie Akarotaxis nudiceps, pero tras realizar análisis genéticos, descubrieron diferencias significativas en los genes mitocondriales que indicaban la presencia de una especie completamente nueva.

Diferencias morfológicas y pruebas genéticas

Guiados por los análisis de ADN, el equipo de investigación comparó muestras de adultos de Akarotaxis gouldae obtenidas de colecciones de ictiología alrededor del mundo. Fue entonces cuando se observaron diferencias morfológicas claras entre esta nueva especie y Akarotaxis nudiceps. Una de las características distintivas de Akarotaxis gouldae son las dos bandas laterales que no están presentes en su especie hermana, lo que sorprendió a los investigadores al descubrir que esta especie ya existía en colecciones, pero había pasado desapercibida.

La genética ha sido clave en este descubrimiento, pero el equipo resalta la importancia de seguir utilizando métodos morfológicos tradicionales, especialmente en las primeras etapas de vida de los animales, para obtener una comprensión más completa de las especies.

Implicaciones evolutivas

El análisis genético también ofreció pistas sobre la evolución de Akarotaxis gouldae. Utilizando un proceso llamado filogenia calibrada en el tiempo, los científicos calcularon que esta especie se separó de su ancestro común hace unos 780.000 años, cuando gran parte del Océano Austral estaba cubierto de glaciares. Los investigadores sugieren que una población de peces dragón pudo haberse aislado bajo los glaciares, lo que llevó a su evolución como una especie distinta.

Una especie vulnerable

A pesar de este emocionante descubrimiento, los científicos advierten que Akarotaxis gouldae podría ser una especie vulnerable. Este pez dragón vive en las profundidades del remoto Océano Austral, pero sus crías habitan en aguas menos profundas. Los estudios han mostrado que su capacidad reproductiva es limitada, y su distribución parece restringirse a las aguas que rodean la península Antártica occidental.

El hecho de que las larvas vivan cerca de la superficie en una región donde la pesca de krill es común aumenta la preocupación por su supervivencia. Los expertos temen que la actividad humana, junto con los efectos del cambio climático, podría afectar negativamente a esta nueva especie y a otras en la región antártica.

Este hallazgo subraya la necesidad urgente de continuar explorando y protegiendo los ecosistemas antárticos, que albergan formas de vida aún desconocidas y son cruciales para el equilibrio del planeta.


Akarotaxis gouldae es una especie de pez de la familia Nototheniidae, nativa de las aguas profundas del Océano Antártico. Estos peces habitan en ambientes extremadamente fríos, adaptándose a las duras condiciones de su entorno. Como muchos peces antárticos, Akarotaxis gouldae tiene características especializadas que le permiten sobrevivir en estas temperaturas bajas, como la presencia de proteínas anticongelantes en su cuerpo.

Su descubrimiento es relativamente reciente y fue nombrado en honor a una persona o figura importante, posiblemente un científico, como es común en la nomenclatura científica.

 

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